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¿Comes lo que quieres o lo que quieren tus compañeros de mesa?

Así que si eres de los que se antojan de lo mismo piden tus compañeros a la hora de almorzar, esa puede ser la causa de que tengas unos kilitos de más.

¿Comes lo que quieres o lo que quieren tus compañeros de mesa?¿Comes lo que quieres o lo que quieren tus compañeros de mesa?

Un estudio sugiere que cuando comemos fuera pedimos el mismo tipo de platos que nuestros compañeros de mesa para no desentonar.

Si no quieres pedir lo más grasiento del restaurante cuando salgas a cenar fuera, rodeate de amigos que coman sano. Este es conclusión a la que ha llegado un estudio de la Universidad de Illinois, que demuestra que cuando un grupo de personas come fuera de casa y tiene que decir su elección en voz alta, tienden a seleccionar el mismo tipo de menú que sus compañeros de mesa. Es decir, que si tu colega quiere una ensalada, tu no te atreverás a pedir una calórica hamburguesa.

«Queremos encajar con la gente con la que compartimos mantel. No queremos ser diferentes de los demás en este sentido», asegura Brenna Ellison, economista de los alimentos en la Universidad de Illinois.

Ellison analizó los tickets del almuerzo de un restaurante de Stillwater, Oklahoma, durante tres meses. Una sección del restaurante fue el grupo de control, con comensales que recibían menús con los nombres de los platos y el precio, otra sección consultó un menú en el que además se incluía el aporte calórico de los entrantes. y una tercera sección tenía el contador de calorías y un semáforo que indicaba el rango de calorías: los platos con luz verde contenían menos de 400 calorías, la amarilla tenían entre 401 y 800 calorías, y los rojos contaban con más de 800 calorías.


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La investigadora iba cada día a recoger los recibos, por lo que tuvo oportunidad de recopilar también las vivencias de los camareros. «Me dijeron que las mesas grandes que recibían el menú con el semáforo pidieron platos menos calóricos, de media, lo que sugiere que hubo presión social para pedir lo más sano», cuenta.

«La gran conclusión de este estudio es que la gente era más feliz si hacían elecciones similares a sus compañeros de mesa. Si yo pido un plato muy calórico o gasto más dinero y mis colegas hacen lo mismo, entones yo estoy más feliz o al menos, menos infeliz», asegura Ellison, que considera que quizás sería mejor estrategia empujar a la gente hacia amigos más saludables que hacia alimentos más saludables.

Nota relacionada: Seis mitos sobre la obesidad son desmentidos, aquí.

Fuente: ABC 

Sobre el autor

Uriel Ardila

Redactor Vibra.

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